No suelo ver una considerable cantidad de películas que no sean de animación, pero hace un par de meses me encontré con esta película por pura casualidad y pensé que podría ser una buena candidata para mi primera "reseña" de películas. Si a esto se le puede llamar reseña. Yo qué sé.
En fin, here we go.
Título: Un gato callejero llamado Bob
Estreno: 2016
Duración: 1h 43min
Director: Roger Spottiswoode
Reparto: Luke Treadaway, Ruta Gedmintas, Joanne Froggatt, Anthony Head, Darren Evans, Tony Jayawardena
Género: drama/biografía
Un gato callejero llamado Bob es la adaptación de un libro sobre una historia real que habla de James Bowen, el autor, y de cómo cierto felino que encontró accidentalmente le sacó de la miseria.
James Bowen es un músico sin-techo sumido en la drogadicción cuya familia repudia. Estaba tratando de dejar las drogas, hasta que su amigo Baz, sin-techo y drogadicto también, le incita a volver a probar la heroína mientras pasan la noche en un coche cuyo dueño se olvidó de cerrar. A la mañana siguiente, son descubiertos por el dueño del coche, quien llama a la policía; Baz huye al ver que James no despierta por una sobredosis bueno, al menos no se ha comido el cadáver.
James despierta en el hospital junto a su asistenta social, quien le hace prometer que entraría en un programa de metadona a cambio de conseguirle un piso en el que vivir. Cierta noche, se cuela en su nuevo apartamento un gato naranja muy entrañable el verdadero maromo de la película, y a la mañana siguiente trata de buscar al dueño del gato, pues está demasiado bien cuidado para ser callejero, pero no hay suerte. No se puede quedar al gato, así que lo deja en la calle y va con su guitarra en mano a conseguir unas monedas tocando en la calle para poder comer.
El gato vuelve a aparecer, esta vez herido en una pata, y nuestro protagonista lo lleva a la casa de una vecina que parece tener mucho afán por los animales es vegana y trabaja cuidando perros y de voluntaria en un veterinario, mi aspiración en la life para que le aconseje qué hacer: Betty. Ésta le pone el nombre de Bob al lindo gatete y le dice que lo lleve al veterinario donde trabaja de voluntaria, ya que ahí no cobran las consultas. James va, y se plantea marcharse al ver la cantidad de cola que hay y el poco tiempo que tiene, pues debe ir a tomar su metadona a la farmacia, pero no es capaz de abandonar a Bob y se queda con él, e incluso gasta todo el dinero que tiene para comer esa semana en la medicina de su nuevo amigo.
James cuida de Bob mientras éste se recupera de la pata, y pronto se encariña con él. Bob llega incluso a seguirle hasta el autobús que toma para ir a tocar en la calle y, con el gato sobre el hombro, comienza a tener mucho más público y mucho más dinero, hasta casi ser una celebridad en Internet. El resultado: Bob y James se hacen inseparables, y Betty se vuelve una gran compañía para ambos y un gran crush para el prota.
Por cosas de la vida más bien por gente que merece que le quemen la cara con agua hirviendo, James es sancionado con no poder tocar en las calles, y se busca la vida vendiendo periódicos en las calles rollo Avon. Pero la envidia es muy mala y también es sancionado ahí, así que el único dinero que tiene lo gasta en la comida de Bob.
James empieza a dejar la metadona, mostrando el duro proceso que es, siempre en compañía de Bob, y después trata de reconciliarse con su familia, la cual lo echó cuando trató de ir a felicitarles el año nuevo.
Y, finalmente, se le ofrece una oferta que cambiará su vida para siempre, aunque ya cambió desde el minuto en que el gato naranja entró en su vida: publicar un libro autobiográfico sobre él y Bob, pues la peculiar pareja se ha convertido en un fenómeno de Internet.
Opinión personal:
Definitivamente es una de las historias más entrañables y bonitas que pude haber visto, aunque he de reconocer que cualquier cosa que tenga que ver con animalitos me conmueve, y más si no se trata de una comedia cutre.
Adoro la representación de la drogadicción y el proceso de dejarlo, además de los inicios del protagonista, que se mostraba cómo no tenía ni casa, ni trabajo, ni familia, y cómo es repudiado por ser adicto y no tener casa. Me recordó mucho a un sin-techo que conocí este año, que por cosas de la vida se vio envuelto en el tráfico de drogas y en la adicción y acabó en la cárcel,y que ahora mismo está viviendo en la calle porque con esos antecedentes nadie lo contrata. Cuando fui a llevarle una manta y algo de comida, me contó que la gente lo esquiva, lo insulta o incluso lo agrede sólo por su posición, y eso me hizo reflexionar mucho acerca de que cuanto más afortunado eres menos empatía tienes, sobre todo porque yo también estoy en una situación delicada y he podido verlo con mis ojos.
En fin, también me gusta mucho el tema principal, que es la amistad entre un animal y un humano. No lo sabemos ver, pero los animales son seres puros y de luz y bellísimos que no nos merecen de lo maravillosos que son. Puede que pasar de la pobreza a la riqueza gracias a un gato ya sea un caso bastante excepcional, pero os aseguro que los animales cambian la vida. Pasé años con depresión diagnosticada y recibiendo tratamiento profesional sin ver ningún cambio, pero desde que adopté a mi gatita, aparte de otras cosas de la vida que han sucedido, he mejorado un montón a pesar de las numerosas cosas horribles que he pasado desde entonces. No sé, el sentirme responsable por alguien que no sea yo, el recibir un amor verdadero e incondicional de un ser vivo que me considera como si fuese su madre porque la alimenté desde que tenía menos de un mes con el biberón... Todo eso me hizo mucho bien. Y no voy a decir que fue lo único que me ayudó y que el tratamiento no sirve de nada, pero sí que mi pequeña fue una pieza muy importante en mi mejoría.
Así que, eso, una historia súper entrañable y que supongo que me gusta tanto porque puedo identificarme con ella. Más que recomendada.
En vez de una reseña esto es básicamente yo profesando mi amor por los gatos pero bueno qué le vamos a hacer si no sé qué estoy haciendo con mi laifu.
Y aquí os dejo una foto de Bob (que, por cierto, el gato de la peli es el auténtico Bob) y su dueño, el James de la vida real. Y una foto de mi gatita porque lo merece por ser tan bella. Es la protagonista de la vida entera. Preciosa.